Reflexiones No-Teístas
Un espacio para la razón y el pensamiento lógico!!
miércoles, 4 de agosto de 2010
lunes, 2 de agosto de 2010
“Las religiones son el opio de los pueblos” Carlos Marx.
Antes de dar inicio a esta reflexión me gustaría dejar bastante claro que mis tendencias políticas están bastante alejadas del socialismo y más aún del comunismo, en todo caso, si de política se trata tengo que admitir que soy una persona neo-liberal que apoya fielmente el sistema económico capitalista.
Habiendo aclarado mis inclinaciones políticas debo admitir que esa célebre frase de Carlos Marx me ha cautivado hasta el punto de que puedo coincidir con ese particular pensamiento.
A ver, “las religiones son el opio de los pueblos”, el opio es una droga que actúa como narcótico sobre el sistema nervioso central causando alucinaciones y adormecimiento, disminuye la capacidad de entendimiento y el uso de la razón. La religión en cierto punto trabaja de esa misma manera.
Aprovechándose de su gran influencia y movilización de masas, la religión literalmente ha convencido a millones de personas de que existe un ser invisible que vive en los cielos, que observa cada una de nuestras acciones y nos juzga con respecto a ellas, además, si sus súbditos no cumplen con unas normas preestablecidas por él, este los enviará a un lugar horrible donde el fuego es la principal atracción y arderán por el resto de la eternidad, pero por supuesto no olvidemos que el amor que este tiene por nosotros es infinito. (No encuentro sentido en como un ser de amor y compresión infinita puede tener un sitio de castigo infinito. No lo sé, es mi humilde opinión)
Al ver esas acciones que la fe ha llevado a cabo, es que vemos como la religión al igual que el opio, aleja al ser humano de su capacidad de razonar y acudir a la lógica, incluso tiene la capacidad de manipularlo y hacerlo cumplir con rituales arcaicos que en mi opinión personal simplemente son un atraso cultural en cualquier sociedad.
viernes, 30 de julio de 2010
La presión de ser ateo
En una sociedad como la venezolana donde la gran mayoría de sus habitantes posee alguna u otra deidad (resaltando notablemente el catolicismo), se torna difícil e incomodo debatir sobre religión. La religión en mi país es un tema del que solo se puede hacer mención para elogiar y nunca para reprochar, ya que esto es inadmisible, un hecho como ese es considerado una violación a la moral del ser humano y principalmente una deshonra al “Señor nuestro Dios”
Yo he vivido esa presión social, podría decirse que quizás la sigo viviendo al esconder mi ateísmo para evitar esas miradas de vergüenza y de pobre alma que mi familia casi en su totalidad dirigiría hacia mí por un largo tiempo.
Lo curioso es lo siguiente, ellos están consiente de mis pensamientos frente a la iglesia católica y el resto de las religiones, en múltiples ocasiones han sido testigos de mi rechazo hacia ellas. No he ido a misa quizás desde que era un niño, nunca le pido favores o “milagros” a Dios, siempre acudo a la ciencia y nunca a la fe. Claro está que soy un ateo y mi actitud frente a esas situaciones lo demuestra, pero falta que diga esa palabra, esa horrible y sucia palabra para todo creyente, “ATEO”, mientras esa palabra no salga de mi boca acompañado por un “Yo Soy”, no hay problema. Es algo bastante curioso y a la vez incomprensible, me comporto como un ateo pero mientras la palabra no se asocie a mi persona todo está bien.
Finalmente el punto de esta reflexión es mostrar la presión que vivimos los ateos en sociedades donde las deidades abundan en gran magnitud. Lo importante es que no dejemos que esa presión se apodere de nuestros pensamientos y abandonemos nuestra utilización de la lógica y la razón. Sigamos estudiando, culturizándonos y aceptando el universo tal y como es, bello, lleno de colores, especies, sucesos, sonrisas, lágrimas, miradas, sueños, sonidos, olores etc. Si algo es superior para mí, es la perfección del universo y no un ser invisible que cumple deseos como aumentos de sueldo mientras niños mueren de hambre y enfermedades alrededor del planeta.